Los dispositivos electrónicos deben funcionar bajo muchas condiciones ambientales diferentes. En función de su aplicación final deben soportar temperaturas extremas, niveles de humedad variables, tensiones mecánicas y presencia de productos químicos agresivos.
En general, los dispositivos electrónicos deben estar encapsulados para protegerlos de daños mecánicos, tensiones térmicas, polvo y partículas sólidas, gases y/o líquidos perjudiciales. La humedad y el oxígeno se consideran dos de los gases más perjudiciales y afectan directamente a la vida útil esperada de los dispositivos electrónicos.