Los componentes electrónicos defectuosos son un problema por varias razones obvias:
Lo primero que hay que hacer es realizar una serie de comprobaciones en los componentes electrónicos para verificar que no están dañados (AOI, eléctricos, test de impedancia, micro-seccionamiento o inspecciones con rayos X).
Una máquina de rayos X puede proporcionar una inspección detallada y no intrusiva de matrices y soldaduras y también detectar la delaminación. Todo lo que necesitamos es comparar con las especificaciones del fabricante para verificar que el componente sea auténtico. Del mismo modo, un test eléctrico de componentes sospechosos dará una tolerancia que se puede comparar con los datos del fabricante. Si la diferencia es demasiado significativa se requiere una investigación más detallada.
Muy utilizado por los falsificadores, el blacktopping consiste en ocultar el número de serie original e imprimir una marca diferente sobre él para engañar al comprador. Esto no se puede detectar a simple vista, pero un experto puede detectar el fraude con un microscopio. También se puede utilizar acetona para eliminar la marca falsa.
Como último recurso, el desmontaje del componente implica una operación intrusiva y, por tanto, destructiva. Pero en realidad ésta es la última solución para ver qué hay dentro de un componente si ninguna de las otras pruebas ha podido demostrar su autenticidad. Se utiliza un potente microscopio para inspeccionar el marcaje del fabricante, las piezas defectuosas, la fuente y la autenticidad de los números de serie.
Comprar directamente al fabricante parece ser una forma fiable de reducir el riesgo al mínimo. Multiplicar el número de intermediarios reduce la transparencia y aumenta el riesgo.
La base de datos «Know your suppliers » de Le GIDEP o el Government – Industry Exchange Program enumera los componentes sospechosos de ser falsificados por la industria norteamericana.
Es necesario verificar otros aspectos para asegurarse de que tu proveedor es honesto: